martes, 5 de noviembre de 2013

LA VOLUNTAD DE DIOS..., DEBE SER TU ALIMENTO... HERMANO ANIBAL


¿Cuanto más deberíamos de lograr nosotros si el objeto de nuestra fe es Dios?

Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra
–les dijo Jesús–. Juan 4:34

Todo mandamiento de Dios viene acompañado de una promesa: “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloriade Dios” (2 Corintios 1:20). Dios nunca nos manda hacer algo para lo cual no nos ha capacitado. La pregunta nunca se trata de si Dios puede, sino de si Dios quiere. Si El quiere, entonces nosotros podemos, si creemos. Aquellos que están dispuestos a hacer la voluntad de Dios la entenderán y por la gracia de Dios la harán (Juan 7:17).

Es de vital importancia entender que Dios no tiene obligación alguna con el hombre. Dios solo está obligado consigo mismo y con los pactos que ha hecho con nosotros. No necesitamos que Dios esté en el Cielo dispuesto a complacer todos nuestros caprichos. Nunca llegará el día en que digamos algo y Dios este obligado a hacerlo tan solo porque nosotros lo hayamos dicho. No podemos arrinconar a Dios.

Se cuenta de una Señora que condicionaba la oración del Padre por su esposo agonizante a no terminar su oración diciendo: “hágase tu voluntad”. Nunca debemos de disculparnos por inclinarnos ante la superioridad de la autoridad de Dios. Él nos enseño a orar: “hágase tu voluntad”. Si lo hacemos de cualquier otra manera, nos estaríamos poniendo en la posición de Dios. El uso independiente de la Palabra de Dios y sus atributos divinos fue precisamente la forma en que Satanás tentó a Jesús. El Señor resistió la tentación a actuar en forma independiente de Dios el Padre y declaró que Su alimento era hacer la voluntad de Su Padre que le envió. Ese también es nuestro alimento....

Hermano Anibal

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